Pruebas de Validación (QA)

Estas pruebas se centran en evaluar si el software realiza correctamente las funciones previstas. Se comprueba que cada uno de los requisitos está bien implementado.

Si nos centramos en el escenario de los decodificadores, implica verificar que funcionalidades como cambios de canal, activación de subtítulos, guía de programación,… actúan de la forma esperada.

En estas pruebas se pone de manifiesto la importancia de disponer de una batería de casos de test que recojan perfectamente los requisitos del proyecto. De igual forma, es vital la actualización periódica de los mismos durante el ciclo de vida del dispositivo.

Son pruebas que evalúan la interacción entre los diferentes módulos o componentes del software.
Se verifica que los bloques funcionales se comunican correctamente y ninguno añade incidencias o regresiones al resto.

En el caso de los decodificadores o TVs, se verifican módulos como el de alimentación eléctrica, HDMI, acceso condicional, interfaz de usuario,…

Así mismo, incluimos en este tipo de pruebas los escenarios de interacción entre aplicaciones. Un ejemplo es la correcta adquisión y liberación de recursos, como el módulo de audio, para el lanzamiento y cierre de la app correspondiente.

Estas pruebas comprueban la facilidad en el uso del dispositivo y la experiencia de usuario.

Se verifica si la interfaz de usuario es intuitiva, si la navegación entre los diferentes menús y pantallas es clara y si las acciones del mando son coherentes.

En este tipo de tests hay un componente de subjetividad (no todos percibimos el concepto de usabilidad o experiencia de usuario de la misma forma). Es entonces necesario encontrar un buen equilibrio entre los equipos de Marketing/Diseño, los testers con su experiencia acumulada y los desarrolladores.

Las pruebas de rendimiento analizan cómo se comporta el software en situaciones de carga o estrés. Se fijan los indicadores de prestaciones (en inglés Key Performance Indicators, KPIs) procedentes normalmente de proyectos anteriores, y se realizan medidas de diferentes parámetros: tiempo de zapeo, consumo de memoria, porcentaje de ocupación de la CPU, tiempo de apertura de apps, …

Son pruebas que se lanzan una vez alcanzada cierta madurez de desarrollo en el software y siempre previas a cualquier despliegue en el usuario final.

Estas pruebas de regresión son las destinadas a asegurar que las incidencias corregidas en versiones de software pasadas no se vuelven a reproducir.

Forman parte del conjunto de pruebas de mantenimiento del dispositivo y se van incrementando a medida que se despliegan sucesivas versiones de software.

Son relevantes para mostrar que la calidad del software se mantiene y afianza la confianza entre todas las partes involucradas en el proyecto.

Por último, las pruebas de actualización se enfocan en garantizar que las nuevas versiones de software se apliquen sin problemas y no causen errores en el funcionamiento del dispositivo. Se debe asegurar que dicha actualización sea lo más transparente posible al usuario, y de no serlo, que existan los mensajes y notificaciones necesarios para que el usuario sea consciente en todo momento de lo que está pasando.

En este tipo de pruebas, también se verifican otras operaciones de mantenimiento como reinicios (útiles para liberación de memoria si el sistema está saturado) o restauraciones de fábrica (para escenarios en donde el reinicio no es suficiente para devolver el dispositivo a su estado de funcionamiento original).